Descubre las mejores técnicas de respiración para correr mejor y más lejos. Aprende a usar la respiración nasal o bucal, domina la cadencia respiratoria y entrena tu respiración para evitar la fatiga precoz.
Correr no solo depende de tus piernas, sino también de cómo respiras. La respiración eficiente es una de las herramientas más poderosas (y a veces olvidadas) para mejorar tu rendimiento, correr distancias más largas y evitar la fatiga precoz.
En esta guía de Ruta Running, te explicamos las técnicas de respiración para correr mejor, la diferencia entre respirar por la nariz o por la boca, cómo ajustar tu cadencia respiratoria y qué ejercicios puedes hacer para entrenarla.
Durante una carrera, tus músculos demandan oxígeno. Una respiración adecuada permite que este oxígeno llegue de manera más eficiente a tus pulmones, sangre y músculos. Si respiras mal, te fatigarás más rápido, tu ritmo se verá afectado y podrías sufrir molestias como el famoso “dolor de flanco” o “puntada lateral”.
La respiración nasal es cuando inhalas y exhalas por la nariz. Ideal para trotes suaves, calentamientos, fondos largos o entrenamientos regenerativos. También es útil para quienes se fatigan muy rápido o sufren de puntadas laterales.
Características y beneficios:
La respiración bucal es cuando respiras por la boca, ya sea para inhalar, exhalar o ambas. Es la forma más común de respirar durante cuestas, sprints, intervalos o carreras intensas, ya que se necesita más oxígeno en menos tiempo.
Características y beneficios:
No hay una única respuesta. Lo ideal es:
La cadencia respiratoria es una técnica que consiste en sincronizar tu respiración con los pasos al correr. Esto no solo mejora la eficiencia, sino que también puede ayudarte a prevenir molestias como el dolor de flanco.
Los patrones más comunes son:
Trote suave – Créditos: Freepik
Este enfoque está respaldado por estudios de fisiología respiratoria, como los de Morton et al. (1995), que comparan las respuestas respiratorias en esfuerzos submáximos con distintos modos de respiración.
Este tipo de respiración mejora la oxigenación y reduce el estrés muscular.
Fatigarse rápidamente puede estar directamente relacionado con una mala gestión del oxígeno. Si respiras de forma muy superficial o acelerada desde el inicio, tu cuerpo entra en deuda de oxígeno más rápido.
Al entrenar la respiración nasal, la diafragmática y aplicar la cadencia respiratoria, puedes correr más tiempo y con menos esfuerzo.
Aspecto | Respiración nasal | Respiración bucal |
---|---|---|
Intensidad ideal | Baja a moderada | Moderada a alta |
Beneficios | Mayor control, eficiencia, calma | Mayor entrada de oxígeno |
Desventajas | Limitada en intensidad | Sequedad, menos control |
Recomendación científica | Buena para entrenar capacidad pulmonar y eficiencia | Útil y necesaria en esfuerzo máximo |
Lo ideal, según la evidencia, es entrenar la respiración nasal para mejorar tu economía de carrera, pero permitirte usar la boca en momentos de alta demanda aeróbica.
Respirar bien es tan importante como entrenar tu resistencia o tu fuerza. Con práctica y constancia, tu cuerpo aprenderá a usar el oxígeno de forma más eficiente, lo que se traduce en menos fatiga, más kilómetros y mejor rendimiento.