
Descubre la verdad sobre correr en ayunas: beneficios, riesgos y consejos para entrenar seguro sin comprometer tu rendimiento.
En el mundo del running, siempre aparecen nuevas tendencias y debates sobre cómo entrenar de manera más eficiente. Una de las estrategias que más ha generado polémica es correr en ayunas. Algunos corredores juran que ayuda a mejorar la quema de grasa y la resistencia, mientras que otros advierten que puede ser un riesgo para la salud y el rendimiento. La realidad es que, como en muchas prácticas de entrenamiento, la efectividad del running en ayunas depende de la persona, la intensidad de la sesión y la frecuencia con la que se practica.
Correr en ayunas implica salir a entrenar sin haber ingerido alimentos previamente, generalmente después de un ayuno nocturno de 8 a 12 horas. Para muchos corredores, esto significa levantarse temprano y comenzar el entrenamiento sin desayunar, tomando solo agua o, en algunos casos, bebidas isotónicas sin calorías. La idea detrás de esta práctica es que al no haber glucosa inmediata en la sangre, el cuerpo se vea obligado a utilizar grasa almacenada como fuente de energía.
Algunos defensores de esta estrategia sugieren que entrenar en ayunas puede mejorar la eficiencia metabólica y preparar al cuerpo para competir en condiciones de escasez energética, algo útil en carreras largas como medias maratones o maratones. Sin embargo, la clave está en entender cómo responde cada organismo y qué tipo de entrenamiento se realiza.
Entre los principales beneficios que se suelen mencionar están:
No obstante, no se puede ignorar que correr en ayunas conlleva riesgos, especialmente si se hace sin preparación o con frecuencia:
Por eso, es fundamental no forzar el cuerpo y mantener una hidratación constante. Los corredores novatos o quienes entrenan largas distancias deberían ser especialmente cautelosos.
El running en ayunas puede ser una herramienta útil para:
No se recomienda para principiantes, personas con problemas de glucosa o quienes se preparan para competencias importantes, donde el rendimiento óptimo es clave.
Antes de decidir si entrenar en ayunas es adecuado para ti, es útil tener una visión clara de los principales beneficios y riesgos asociados. La siguiente tabla resume de manera sencilla qué se puede esperar de esta práctica y en qué situaciones es mejor ser precavido:
| Aspecto | Beneficios | Riesgos |
|---|---|---|
| Quema de grasa | Mayor utilización de grasa como combustible | Limitado en intensidad alta |
| Rendimiento | Ligereza y sensación de menor pesadez | Reducción de velocidad y resistencia |
| Adaptación metabólica | Mejora la eficiencia energética | Posible fatiga muscular y recuperación lenta |
| Salud y seguridad | Rutina disciplinada matutina | Mareos, hipoglucemia, riesgo de lesiones |
| Público recomendado | Corredores experimentados y entrenamientos cortos | Principiantes, personas con problemas de glucosa |
El running en ayunas no es ni un milagro ni un peligro absoluto; es una estrategia que puede tener beneficios en algunos contextos y riesgos en otros. Escuchar al cuerpo, ser consciente de los límites personales y entrenar de manera gradual son claves para decidir si vale la pena incorporarlo a tu rutina.