La Maratón de Chicago combina historia, velocidad y una organización perfecta. Conoce su recorrido, altimetría y los servicios que acompañan cada kilómetro de esta mítica carrera.
La Maratón de Chicago 2025 es mucho más que una carrera: es una celebración del running en una de las ciudades más vibrantes del mundo. Miles de corredores llegan desde todos los rincones del planeta para vivir los 42,195 kilómetros más emocionantes de su vida, en un circuito que combina velocidad, historia y una organización impecable.
Cada octubre, el Grant Park se transforma en un mar de emociones. El aire fresco del Lago Michigan, los rascacielos reflejando la salida del sol y el rugido del público crean una atmósfera difícil de igualar. Pero si hay algo que realmente distingue a Chicago, es su recorrido: plano, rápido y lleno de vida.
La ruta de la Maratón de Chicago arranca y termina en Grant Park, corazón del centro financiero de la ciudad. Apenas suena el disparo, los corredores avanzan entre los rascacielos del Loop, cruzando el Chicago River en medio de un eco de gritos y aplausos.
El trazado atraviesa 29 barrios que muestran la diversidad cultural que define a Chicago: desde el verde de Lincoln Park, al norte, hasta la energía latina de Pilsen o los colores vibrantes de Chinatown. Cada zona tiene su propia música, carteles y ritmo; el público transforma cada esquina en una fiesta.
Ruta del Maratón de Chigago 2025 – Fuente: chicagomarathon.com
En la parte final, los atletas encaran Michigan Avenue, una recta interminable donde el cansancio se mezcla con la emoción. Al girar en Roosevelt Road, una pequeña subida anuncia el desenlace: la meta de Grant Park. Allí, los relojes se detienen y comienza la celebración.
Puedes descargar aquí el mapa oficial del circuito de la Maratón de Chicago 2025.
Chicago es sinónimo de rapidez. Su altimetría prácticamente plana,con un punto máximo que no supera los 15 metros sobre el nivel del lago, la convierte en una de las maratones más favorables para quienes buscan romper su récord personal o clasificar a Boston.
Los únicos desniveles perceptibles son los pequeños puentes que cruzan el río y la subida final en Roosevelt Road. Por eso, no es casualidad que en Chicago se hayan batido múltiples récords nacionales y personales. Es una ruta pensada para volar.
La organización del Bank of America Chicago Marathon es ejemplo de precisión. Todo está planificado para que el corredor se sienta acompañado desde la primera milla hasta el final.
A lo largo del recorrido hay 20 estaciones de ayuda (Aid Stations) distribuidas cada una o dos millas. Cada estación cuenta con:
Además, en puntos estratégicos se ofrecen geles Maurten Hydrogel, tanto con cafeína como sin ella, cerca de las millas 12.4, 15.7 y 18.1. Son una inyección de energía ideal para mantener el ritmo en los tramos más duros.
Entre las millas 20 y 23, los corredores también pueden encontrar bananos Chiquita, un clásico de energía natural en los grandes maratones. Y justo en la milla 21.2, se ubica la Biofreeze Pain Relief Zone, un punto de alivio donde fisioterapeutas aplican spray refrescante para calmar los músculos y ayudar a seguir adelante.
El límite oficial del circuito es de 6 horas y 30 minutos, y un vehículo de cierre (“sweep vehicle”) sigue el ritmo de los últimos corredores. A lo largo del camino hay marcadores de milla, relojes digitales y equipos médicos, reforzando la seguridad y el control.
Correr la Maratón de Chicago es vivir una película en movimiento. El recorrido te lleva por barrios emblemáticos, cada uno con su identidad, su música y su historia.
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En Lincoln Park, los árboles se abren como un túnel verde que anticipa los primeros kilómetros; en Greektown, el aroma de la comida se mezcla con la percusión de los tambores; en Pilsen, los colores latinos y los carteles en español levantan el ánimo cuando las piernas empiezan a pesar.
Y luego está Chinatown, uno de los puntos más emblemáticos del circuito: dragones, música tradicional y una marea de gente que grita nombres y empuja con energía contagiosa. Cada paso en esa recta final hacia Michigan Avenue se convierte en un viaje de superación personal.
La logística de Chicago es impecable. Los cierres de calles, el personal médico, los voluntarios y la coordinación con las autoridades locales garantizan un evento seguro para los más de 45 mil corredores que participan cada año.
Además, los familiares pueden seguir la carrera en tiempo real a través de la app oficial del Maratón de Chicago, con seguimiento GPS y tiempos parciales, o consultar el mapa interactivo del recorrido en la web oficial.
Para los espectadores, la red de trenes CTA “L” ofrece acceso directo a varios tramos del circuito, lo que permite acompañar a los corredores desde distintos puntos: Grand, Jackson, Addison, Cermak-Chinatown, Sox-35th o Roosevelt son algunas de las paradas más estratégicas.
Más allá del cronómetro y las medallas, la Maratón de Chicago es una experiencia emocional. Correr por sus calles es sentir el pulso de una ciudad que se vuelca por completo al deporte. Cada kilómetro es una postal, cada esquina una historia y cada corredor, una inspiración.
Por eso, cuando el arco de Grant Park aparece al final, el cuerpo puede estar agotado, pero el alma está en euforia. Chicago no solo se corre: se vive.